viernes, 30 de abril de 2010

total general

Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos.
Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños.
Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fájate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.
¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.

"Rayuela" (cap.93), Julio Cortázar

martes, 27 de abril de 2010

esquirlas

Ojalá puedas creer lo increíble de nuestra historia, el arte de cómo nos movemos cautelosos por este tablero incierto, como nos fusionamos perfectos en cada uno de nuestros límites histéricos; y cuando te miro no podría ver a nadie más, y cuando juegan tus manos en mi cintura, nada haría más perfecto el momento ése cuando estás al lado mío, buscándole identidades a las hojas huérfanas y creando de un parque nuestro universo nuevo.
Nunca tuve la idea certera de a quién le dedicás tus letras, ni si existe alguna expresión que detone melancolías ni si el cielo de hoy te hizo acordar a sus ojos. Nunca tuve la idea certera si es a mí a quien pertenecieras, o al viento de los miedos, pero la única verdad origina en mi real pertenencia a vos. Ya notarás así, mis innumerables incapacidades de mentirte, odiarte, lastimarte o perderte, entre otras; escondidas en silogismos profanos de mis sueños de papel. Pero es fundamental encontrar tu brillo intacto, el regocijo de las sonrisas que no regalás, para despertarme, seguir creando y creyendo.
Entonces qué es mejor que mañana, si puedo tropezarme con tus besos llenos de esperanzas; si puedo amarte hasta los huesos y apostar una vida entera a que un día dejemos de ser para empezar a sernos.

lunes, 26 de abril de 2010

quema

"Son estos días de vivir con la muerte en la nuca, en esta epidemia de silencios de nunca acabar. Sería bien bueno distraerse tejiendo ternuras, que abran cancha las penas y un milagro nos saque a bailar... pero está todo es tan raro, nadie sabe qué precio colgarse en la rifa de la soledad.
Hoy está todo tan raro, todo es tan raro... uno empieza tachando la doble y termina en el fondo del mar. Son estas noches de esperanzas desesperadas, de el sueño en compota y el escabio para no pensar. Pero... ¿quién nos dice que a la vuelta de tanta derrota cambiemos de pilchas y los miedos nos dejen en paz?"

broken-hearted

Demente está quien afirma haber estado una hora enamorado,
mas no es que el amor así se desvanezca,
sino que, de hecho, en menos tiempo nos puede devorar.

¿Quién osará creerme si juro haber sufrido un año de esta plaga?
¿Quién no se reiría de mí si yo dijera que vi arder todo un día la pólvora de un frasco?
¡Ay, qué insignificante el corazón, si llega a caer en manos del amor!
Cualquier otro pesar deja sitio a otros pesares, y para sí reclama sólo una parte.

Vienen hasta nosotros, pero a nosotros el Amor arrastra,
y, sin masticar, nos absorbe.
Por él, como por el infame hierro, tropas enteras caen.
Él es el esturión tirano; nuestros corazones, la morralla.

Si así no fue, ¿qué le sucedió a mi corazón cuando te vi?
A la alcoba traje un corazón,pero de ella emergí vacío, desolado.
Si contigo hubiera ido, sé que a tu corazón el mío
le habría enseñado la compasión.

Pero, ¡ay!, Amor, de una herida lacerante la felicidad se ha quebrado.
Más la Nada en Nada puede convertirse, ni sitio alguno puede del todo vaciarse,
así, pues, pienso que aún posee mi pecho todos esos fragmentos, aunque no estén reunidos.

Y ahora, como los espejos rotos muestran cientos de rostros más menudos,
así los añicos de mi corazón pueden sentir agrado, deseo y adoración,
pero después de tal Amor, jamás volverán a amar.
John Donne

sábado, 24 de abril de 2010

Mon coeur mis à nu

La magia, el delirio
de ver en tus ojos reflejado
todavía, tu mirar.

martes, 20 de abril de 2010

monday's blues

-"Resulta que hoy me desperté sin ganas de ser el mundo de nadie."

lunes, 19 de abril de 2010

sólo vos (a mi bitácora)

"Intento olvidarte y apareces al instante... quiero despertar de este sueño incesante; sé que ya no puedo ser tu amiga, y fracasa mi objetivo, tu temor es mi dolor."

sábado, 17 de abril de 2010

cut here

Si te quiero ver, si tengo ganas de abrazarte y decirte que todo va a estar bien, si pudiera tenerte acá ahora para repetirte todo lo que te quiero; quizás podría saltar con vos todos estos miedos que duermen a los pies de la cama. Pero es ahora, es hoy cuando no te veo, y aún así tengo ganas de abrazarte, decirte que todo va a estar bien y repetirte todo lo que te quiero. Porque es mucho, es tanto, que no entra todo el sentimiento siquiera en la discografía de The Cure (!) y lo sé, lo sé hoy que no estás acá en este instante en el que mi corazón se vuelve visiblemente inmenso y empapela de este amor las paredes de mi cuarto, el oxígeno que renueva mi sangre, el cielo rojo quedando ciego en la noche de lluvia sideral. Pero te atraparía, sí, estoy segura de que si te abrazaría ahora no podrías irte nunca más, no querrías irte nunca más; y nos quedaríamos así para siempre, te abrazaría con lo que queda de mí, ahuyentaría todos los fantasmas de tu alrededor, perderíamos las dudas y el vértigo los dos, juntos para empezar a ser nosotros; y te escribiría hasta el infinito y aún así no alcanzaría el arte entero para recordarte tal cual como sos, pero ingeniaría todos los días una idea nueva para hacerte reír, haría magia y robaría estrellas, y lunas, y cielos absolutos para que todo esté realmente bien; traerte un paraíso y mil, las formas de las nubes y la infinidad de mi memoria. Y después de darte además todo lo que soy, te voy a prometer todavía más, e incluso aún cuando ya no me quede ni la vida, volvería para contarte una vez más todo lo que te quiero, hoy.


"yo perdí mi corazón... en algún rincón (tuyo)"

martes, 13 de abril de 2010

Martes XIII

Se condensaban en el aire pesado del colectivo esos -nuestros- besos brujos. Llovían afuera las lágrimas que te lloré. Y mientras reboto en la masa de personas con el importante movimiento del transporte en el semáforo de Avenida de la Plata, mi corazón se alborota de recuerdos. ¿Era, acaso, su estoicismo tan admirable, o lo era toda su virtuosa lista además?
Para empezar, es martes 13 y, como todos sabemos, nunca hay que confiarse de sus coquetas ideas en días como estos que acompañan su lúgubre prejuicio con lluvias melancólicas. Sin embargo, no podía refutar que las promesas a su amor estaban selladas con sangre: su corazón era de él, sin alquiler posible ni deudas pendientes, y eso no podía modificarse.
Los ojos de los pasajeros anónimos rodaban junto con la compañía líquida que se escurría por la ventana, como estupefactos, todos pensaban en su amor perdido o el libro que nunca terminó. Cantaban mis auriculares una canción tuya y no censuré mi sonrisa.
No había que perder de vista la numeración y el día que acontecía, ya dije, en días como éstos los peores demonios se escapan de los más recónditos escondrijos para intentar develar el acertijo de tus ojos y el verdadero significado de tu constelación de pecas, y lograr así desnudarte de misterios de una vez por todas. Por eso hay que estar atentos los decimoterceros días del mes que son martes en los 85, que suelen tener efectos adversos por excesos de pensamientos durante su recorrido por Flores.
Ya para la llegada, los escalones del 85 no sólo me sorprendieron resbalosos sino que también con un aluvión de pasado que el paraguas no soportó. Es martes 13, y como todos sabemos, nunca hay que creer en las incidencias de la memoria maldita en días como estos; pero la realidad es que tu fantasma en mi cuello me hizo sentir viva durante esas cuadras a cielo abierto y de frío desprevenido, mientras me susurraba en los oídos:

''No quiero soñar mil veces las mismas cosas,
ni contemplarlas sabiamente...
quiero que me trates suavemente"

domingo, 11 de abril de 2010

El Jardín en el asfalto

" El Jardín Botánico es otra de las creaciones de Carlos Thays (la que él prefería entre los muchos parques que diseñó, y por algo habitaba allí con su familia) como lo fueron la remodelación de Plaza de Mayo, del Parque Lezama o la ampliación de Palermo entre tantas obras. Nada, ni la desidia municipal ni la incivilidad de los porteños que la destrozan, ha sido capaz de arruinar la belleza del Jardín Botánico, en el que respiran ocho mil especies, y al que Borges retrató como "astillero silencioso de árboles, patria de todos los paseos de la capital". También le dedicó uno de los poemas que, incluidos en la primera edición de Fervor de Buenos Aires, fue luego borrado por la exigente autocrítica del autor; así celebraba al paseo: "...por más que nuestras manos atestigüen los troncos/los árboles que balbucean apenas el ser/sueltan en pos de lo desconocido/su vana lumbreraria de hojas ciegas..."
Redactado en 1929, el aguafuerte que Roberto Arlt escribió sobre el Botánico no tiene nada de elegíaco. Se titula "Los tomadores de sol en el Botánico" y es una muestra del humor irónico que era una de las cuerdas favoritas de Arlt, a quien no le gusta lo que ve en su visita vespertina al Botánico.
"No sé si porque era lunes, o porque la gente ha encontrado otros lugares de distracción, el caso es que el Jardín Botánico ofrece un aspecto de desolación que espanta."
Tampoco el gustan los concurrentes al paseo: "¿Dónde se reúnen ahora los enamorados? ¿Han perdido el romanticismo? El caso es que en el Botánico lo que más escasean son las parejas amorosas. Sólo se ve algún matrimonio provecto que recrea sus ojos sin perjudicar sus rentas, ya que para distraerse recorren los senderos solitarios, separados uno del otro medio metro."
Menos aún le gustan los jardineros municipales: "Con un rastrillo en la mano, miraban el letrero de un árbol. Luego se miraban entre sí y volvían a mirar el letrero. Para no interrumpir sus meditaciones mantenían el rastrillo completamente inmóvil, de modo que no cabía duda alguna de que esa gente ilustraba sus magníficos espíritus con el letrero escrito en el idioma del latoso Virgilio. Y el éxtasis que tal lectura parecía producirles debía de ser infinito, ya que los dos individuos, completamente quietos como otros tantos Budas a la sombra del árbol de la sabiduría, no movían el rastrillo ni por broma...".
Pero finalmente, el cronista urbano Roberto Arlt se reconcilia con lo que ve: "...lo único noble, son los árboles... los árboles que envejecen apartándose de los hombres para recoger el cielo entre sus brazos". Esta idea, el árbol separado del hombre, y por lo tanto ennoblecido, está también en el poema de Borges: "En su supremo aislamiento/cada árbol está conmovedoramente perdido/y sus vidas son incomunicadas y hurañas/como espejos que ahondan en habitaciones distintas..." "

"Al pie de la letra", Alvaro Abós

viernes, 9 de abril de 2010

un corazón loco

Parecía el cielo porque estabas conmigo,
todavía soy tu amiga
pero te deseo el bien
o lo que quieras,
pero por lo que más quieras
no me pises los zapatos de piel
(y todo lo demás también)

Puedo presumir de poco
porque todo lo que toco se rompe,
te presté un corazón loco
que se dobla con el viento y se rompe.

Yo te prometí hacer deporte
pero era una mentira
para robarte un tal vez.
El fuera-de-juego era evidente
y en la frente me escribí tu nombre
por primera vez
(y todo lo demás también)

martes, 6 de abril de 2010

lovesong

Es la fiebre en tus pupilas
que despierta sonatinas
que sólo en tus manos anuncian,
eco de mandolina,
de las mías, sus poesías.


Mirá lo que me hacés escribir en un colectivo...

merde

Hoy todo salió mal.

Me enojé con el mundo.
chau-

sábado, 3 de abril de 2010

del tango en la estación

http://twistedreflex.blogspot.com/2009/09/douter.html (continuación):

Dos horas más tarde, el hombre que tanteaba las paredes arrabaleras mientras se le opacaban los camambuses, chueco, se agazapó en un adoquín. Su desgracia no culminaba con el mal de amores que se acurrucaba en su pecho y su aliento a licor, sino que lo esperaba todavía otro suceso más antes del yurno.
- ¡No se puede zafar del zurdo, no! - exclamó el joven en voz alta, como consuelo. En la esquina de Corrientes y Callao lo miraba Felipe, el cafisho. Se compadeció con el corazón del poeta y se acercó con su aire de desfachatez característica.
Felipe era un muchacho alto, de gran porte, con ojos claros casi risueños y de escaso pelo negro. Mantenía siempre esa sensación de ser un amargado, aunque en verdad era un estratega y guardaba un secreto en su alma de hielo.
- ¿Qué sucede, señor? -le inquirió molestandole la pierna con un ligero roce como para despertarlo. Julio reaccionó apenas con una mirada triste detrás de la galera, levantando la cabeza. El hombre de pie abrió los ojos espantado y se recuperó con voz amenazadora:
-¿Vos sos Julio Paz, el que le arrebató la francesita al bachicha Gómez? ¿Te creés que te vas a llevar de arriba esta vez lo que le hiciste? -lo cazaba del hombro al del corazón seco.
-Yo soy Julio Paz. La morocha me najó el martes a la noche... me dijo que no quiere verme más, que ama al gallego. Pero nadie sabe que me corrió la nena... -balbuceaba y trataba estirarse el hombro arrugado- si no es por Gómez, será por otro, yo sé que durante esta semana soy boleta.

(sigue ¡otro! día)

jueves, 1 de abril de 2010

48h

Como vino
se fue.