sábado, 30 de abril de 2011

Gracias siempre

"Los que me quieren me ruegan que no me levante tan temprano, temen por mi salud; los médicos me revisan, me hacen estudios. En realidad, me estoy humanizando; es una de las consecuencias del sufrimiento. ¿Sería esto una justificación del dolor?"

Antes del Fin, Ernesto Sábato


Más humano que nunca, Maestro infinito. Gracias...

viernes, 29 de abril de 2011

Rosario maudit

Pasar por Rosario y perseguir un fantasma.
La esquina de siempre y donde esperabas.
No existe más en el itinerario que nunca existió.
El 85 y Granaderos.
Corrientes y Montevideo.
Corrientes también.
La indiferencia de tus ojos como dos estacas en la espalda.
El graffiti de Racing en la parada del 134.
El camino a la parada del 115.
Descubrir la Biblioteca Nacional.
Los escalones de enfrente de la BN.
Río de Janeiro y la negativa al colectivo.
Río de Janeiro y el camino de pinceles.
Las noches en vela.
El puente de Recoleta.
Todo lo que desencadena pasar por Rosario (maudit).



"El edificio de allá, al lado de donde no hay nada"

jueves, 28 de abril de 2011

cuando no hay más que decirnos

La televisión atentando contra mi corazón de nuevo: la prendí y estaba el final de Titanic, cambié a otro canal y estaba la mitad de The Notebook.
Ok.
Sólo faltaba un especial de The Beatles.

6 de 1000

Dejaste todas tus brujerías por las cuadras de mi barrio.

miércoles, 27 de abril de 2011

sin risas

Las sonrisas de las papas Mc Cain en el horno.
Te invocaron.





Otra vez.

lunes, 25 de abril de 2011

contorsionismos

Las clases medias trabajadoras/estudiantes (carentes de auto) van a evolucionar con el desarrollo de una tercera extremidad superior para lograr sostenerse en el transporte público.

reivindicación de tacos altos

Tuve al Übermensch de Nietzsche frente a mí y tuve que dejarlo ir.
Sus puños cerrados y la mirada lejana, la condena eterna y el insomnio de lunas que no fueron. Su estilo inglés o francés en el pilar de casi dos metros o mil que formaban su cuerpo mágico y la boca perfecta. Prometí el día entero pero me desperté antes de la madrugada, la cena congelada y el cielo que amenazó con aplastarme la tristeza.
Le dejé mi corazón en una servilleta, dos lágrimas de tela y un beso que no se despidió.

martes, 19 de abril de 2011

nuestra estrella se agotó

-¿Era todo?- le pregunté (sólo un iluso).

No nos dimos nada más, sólo un buen gesto.

sábado, 16 de abril de 2011

y van...

El jueves en el colectivo me acordaba de un hecho interesante que solía sucederme en mi preadolescencia. Cuando me gustaba mucho un chico en particular pensaba: "Si algún día él llega a gustar de mí, no importa en qué esté yo, voy a dejarlo todo por él. No podría olvidarme nunca de lo que siento ahora."

¿Y entonces?

jueves, 14 de abril de 2011

cerebridades

¿Cuántos cerebros son suicidados por día a causa de ignorancia?
Seguramente muchos más que los suicidados por pereza.

Dale chance a un cerebro de morir por elección a la pereza.
(Empezá con el tuyo)

y todo lo demás también

Parecía el cielo porque estabas conmigo, todavía soy tu amiga, pero te deseo el bien...

o lo que quieras.

miércoles, 13 de abril de 2011

ciclos naturales

eugenia dice:
*por qué la gente pone "LLUEVEEEE" cada vez que llueve en fb!!??
*analizalo, politólogo
Juan .- dice:
*falta de identidades políticas y sociales que cohesionen a la masa de ciudadanos producto de la crisis de partidos ocurrida hace 2 décadas, la gente se identifica ahora con cualquier pelotudez de manera precaria: la lluvia, la naturaleza, ricky martin, el gauchito gil.





Él lo dijo.

sábado, 9 de abril de 2011

7

¿Qué? ¿Hace una semana?


Parecieran tres siglos del sábado pasado a hoy...

viernes, 8 de abril de 2011

cuando no estás

Mi mente te va bloqueando.
Deben ser los anticuerpos que sintentizó mi cuerpo la otra vez.
Mi cabeza te va censurando. No es lo mismo que borrar.
Y de repente BOOM!


te extraño de nuevo.

Me molesta:

-La gente con cartera grande en el colectivo.
-Aquellos que te tiran abajo indiscriminadamente y por un claro resentimiento con su existencia (envidia)
-Aquellos que saben más de tu vida que vos mismo.
-Que no hayas publicado mis firmas.
-La gente con hipótesis estúpidas.
-La indiferencia.

jueves, 7 de abril de 2011

amor de bolsillos secretos V

Te escribo por manía de escribirte: te escribo por la mera imposibilidad de reescribirte. Escribir, inmortalizar este momento de madrugada plena, en el dolor del hemisferio derecho de mi cerebro producto del latir de ideas constante.
No sólo te escribo por el miedo de no volver a hacerlo, sino que hay cierta gloria en cada transcripción de tu cuerpo al lenguaje vago de palabras castellanas en carrera de ser inmortales, divinidades, verdades absolutas. La mejor manera de transmitirte y de memorizarte será por la intensidad de estas combinaciones rústicas de paroles.
Y no alcanza, no alcanza y necesito tirar ese borrador y volver a escribirte: esta vez en las cotidianas actitudes de trasladarse el cuerpo apenas despertado de la cama al baño y mirarse los ojos para descubrir que siguen ahí horas después de su ceguedad obstinada; en otra ocasión es encontrarte en el dibujo que forman las ramas de los árboles que se desnudan ante su amante invierno, de abrazos fríos y asesinos; quizás la reminiscencia de tu gesto en un rostro ajeno...
Te escribo por manía de escribirte: para exorcisarnos los fantasmas, para que el recuerdo sea pura ilusión mía y un regalo para vos; por la mera imposibilidad de reescribirte.

amor de bolsillos gastados IV

No deja de maravillarme la elasticidad emocional que pueden llegar a desarrollar las personas. En este momento no hice más que escribir cuatro ideas distintas e impersonales. Ajenas, hoy no te hablo a vos para hablarme a mí: la persona por la que habrías dejado el vuelto de 10 centavos y un chicle Topline de hace un mes que tenías en el bolsillo.
Sin embargo, no hay quien escriba sino para escapar de sus infiernos. Uno de ellos está reservado a tu nombre, ése, mi infierno preferido con empapelado de nubes y milagros de última hora. La puerta del infierno, la llave en mi mano; el cuchillo, el asesinato.
No es evitable que mi alma se retuerza cuando mi cabeza no deja de invocarte, o cuando el cajón de recuerdos no deja de abrirse, y los libros en los estantes no dejan callarse y me atestan de fatalismos, de finales que van surcando acequias de llantos.
No es eludible que el corazón, hipocondríaco, se pliegue y repliegue en el intento vano de escabullirse de esa cajita en la que te lo regalé, de humedad y afasia de entendimiento.
Tampoco es predecible si es verdad que las sonrisas como esas se roban corazones mientras juegan en la habitación.

amor de bolsillo III

Es inevitable caminar por Corrientes sin llenarse de literatura, de la calidad del porteño. Mi sensación de la mítica avenida siempre me remite a alguna pieza del tango, a pleno bandoneón. Existe una Guía T de corazones rotos que deambulan fantasmagóricos por las calles condenadas del centro cual plaga nostálgica. Están cada uno en su punto de referencia, esperando alguna mirada de consuelo o sólo un pañuelo prestado para siempre.
Increíble sería no hacer asociación -no tan- libre y empezar a clasificar todas esas despedidas incrustadas en mi memoria que tienen sabor a la melancolía maldita de Buenos Aires: pasar por Paseo la Plaza es gritar tu nombre en voz alta, seguido de un ''¿Por qué?''.

amor de bolsillos rotos II

El subte hoy no dijo más que demasiado. Esa mujer no encontró la cordura en esos minishorts; la pareja que perdía la paciencia entre la muchedumbre; el lector; y el oficinado con gemelos en las mangas de su camisa, ballenas en el cuello almidonado y un prendedor de corbata de oro me miró extrañado, imagino que por mi boca roja. Sonreí a la ventana del paisaje gris, cableando realidades: la ciudad subterránea no es menos encantadora que la superficial, ahí es donde residen las verdaderas miserias, soledades, la finitud de la existencia en sí. Sólo que unos pocos no esquivan esas miradas de post-ocho-horas-de-jornada que denotan sus bajezas, sus instintos a flor de piel, su disconformidad de subte. No pasó mucho que otro oficinado, éste sin corbata y pelo largo, se sentó en frente mío sin demorar una sonrisa de complicidad. Él también llevaba la boca roja.

amor de bolsillos vacíos I

El domingo sacaste tu libro de Nietzsche del morral, lo abriste en una página al azar y me leíste un par de líneas para responder nada más que mi congoja por el mundo, el vacío de esa masa multiforme que me arrastra semáforo a semáforo en una ciudad gris. Me explicaste con alma y no entendí entonces -ni nunca- nada racional que nos mantuviera unidos el día de hoy. Mi existencia pasó a ser una mera arbitrariedad del destino fatalista, en tu derecho pleno de ignorarla por completo: la vida se limitó a largas jornadas de mirar el cielo y esperar que vos, donde sea que estuvieras, lo miraras conmigo en ese momento. Saussure renegó en mi cabeza al ausente significado, la inexistencia del signo convencional en estos casos que Platón brindaba con sus ideales mientras tanto en su mundo inteligible.

sábado, 2 de abril de 2011

2/4/2009

Efemérides: un día como hoy dos años atrás, curiosamente, me citaste en el Parque Centenario para darme la primer despedida.
¿Te acordás? Fue el peor invierno.

''And can you still love me when you can't see me anymore?''
Como si estuviera condenada a un acertijo, nunca te olvidé aunque ni siquiera existieras para mí.

viernes, 1 de abril de 2011

My blueberry nights

-¿Y qué sucede generalmente?
-Generalmente las llaves quedan en el jarrón.
-¿Y para qué las conservas? Deberías tirarlas.
-No, no podría hacerlo.
-¿Por qué no?
-Si tiro esas llaves esas puertas quedarían cerradas para siempre, y no debo ser yo quien decida eso.

-¿Cómo le dices adiós a alguien que no te imaginas poder vivir sin él? No le dije adiós. No le dije nada. Sólo me alejé.

-A veces aunque tengas las llaves, esas puertas no pueden abrirse, ¿Verdad?
-Aunque la puerta esté abierta, puede que la persona que busques no esté allí.

-No fue tan difícil cruzar esa calle después de todo. Todo depende de quién te esté esperando en el otro lado.

abril

La situación fue más o menos así:

1º.- El celular sonó anunciando un mensaje.
2º.- Sonreí y me paré para ir a buscarlo esperanzadamente.
3º.- El mensaje era de 813.