En ese instante en el que con orgullo (del tipo más soberbio y despreciable) transpirándote por cada poro de toda la superficie de tu cuerpo me envolviste en una bocanada del humo de tu cigarrillo, a pesar de ser conciente del malestar que me genera, fue lo único que necesitaba para entender que vos no eras para
mí.
Fue pura casualidad este texto ¿no?
ResponderEliminarAll you need is sex (8)
ResponderEliminarJAJAJA pensalo.