Me acompaña a caminar. Apurado a veces, dos o tres pasos adelante, hasta que lo frene y me replique alguna frase a modo de reto que termina con un
", Eugenia."
Y por otro lado estoy yo, del lado de la sombra abajo del árbol. Demasiado cerca, demasiado lejos, llena de cosas demasiado viejas y de cosas demasiado nuevas. Últimamente no puedo dar un paso adelante sin dar 10 para atrás. Con miedo y torpeza, en el baile hay que bailar. Aunque sólo esté escuchando Sparklehorse y todavía no haya encontrado la palanca de cambios de mi vida.
Acá mi consejo: ponete armaduras, porque no quiero volver a lastimar.
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yo quiero saber...