Entonces reflexiono unos minutos y empiezo a recitar una suerte de credo. Después de santificar las cartas en el cajón, me digo que quizás alguien alguna vez podrá enamorarse desinteresadamente de mi sonrisa caprichosa, de mi fervorosa devoción a la utopía, de mis ojos de melancolía, de mi cuerpo de muñeca de trapo gris. Porque no es tan malo vivir de apocalipsis, antes que vivir el apocalipsis, porque puedo al menos saber que alguna vez pude sentirme entera y caminar con las dos piernas, porque sé lo que es tener botones cosidos a la piel.
Tengo cursos terminados en la Facultad de los Fracasos y un posgrado en Capitalismo del Amor con especialización en el Ridículo Ventrículo Izquierdo. Estoy en plena investigación de la decantación de corazones atemporales, y hace poco recibí el premio de Sueños de Papel. Quizás alguien alguna vez podrá enamorarse eternamente de mi lengua de queja, de mi manera de monopolizar la cama y de los ñoquis y budines marmolados que preparo los domingos. Claro que no soy poca cosa, mi altura me hace portátil, hice florecer a unos cuantos claveles, alimenté a varios sapos y mi humor hace reír a los limones más amargos.
Quizás alguien alguna vez podrá enamorarse...
Tengo cursos terminados en la Facultad de los Fracasos y un posgrado en Capitalismo del Amor con especialización en el Ridículo Ventrículo Izquierdo. Estoy en plena investigación de la decantación de corazones atemporales, y hace poco recibí el premio de Sueños de Papel. Quizás alguien alguna vez podrá enamorarse eternamente de mi lengua de queja, de mi manera de monopolizar la cama y de los ñoquis y budines marmolados que preparo los domingos. Claro que no soy poca cosa, mi altura me hace portátil, hice florecer a unos cuantos claveles, alimenté a varios sapos y mi humor hace reír a los limones más amargos.
Quizás alguien alguna vez podrá enamorarse...
Te borré cuando pensé que habías borrado el blog y después desaparecí, ahora te agrego de nuevo!
ResponderEliminarPD: Me alegro de que sigas escribiendo :)