Es sábado tarde y la soledad me muerde la cintura, donde dejaba su mano quieta a la vez que me envolvía el cuerpo. Es sábado noche y tengo una desesperación interna. Te juro, me está quemando. Tengo ganas de salir corriendo, gritarte en la cara que tengo una desesperación interna que me está quemando, romperle algo en la cara a alguien, romperle el corazón en la cara, tirarte los esquemas por la cabeza, dinamitarte las palabras adelante de los ojos, sacudirte la cabeza para buscar una puta idea... es como una lombriz super destructiva en las arterias que me va recorriendo. Tarde o noche, todo se va a la mierda cuando está el parásito de la soledad.
Y encima estoy lista para salir; pero con nadie a ninguna parte. Eso es peor, verse con las zapatillas puestas.
Y encima estoy lista para salir; pero con nadie a ninguna parte. Eso es peor, verse con las zapatillas puestas.
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