¿Dejarnos ir a merced del destino? ¡Jamás! Seré una mosquetera del amor, empuñando mi espada y retando a duelo a todas ellas. Tenía razón ese pisciano loco cuando me dijo con ojos vidriosos que nunca se deja de amar. Los años nuevos son para los débiles. Volveré con mis tanques, mis armas eternas que fusilan el entendimiento racional: estamos encerrados en la Torre de Marfil para siempre, dando vueltas y buscando bordes a una burbuja inútil. Incendiaré toda tu historia para coronarme Reina de todos tus pensamientos mientras te cultive en caprichos. Como que mi nombre es Alma y Eros al mismo tiempo, y existo entre todos estos seres humanos desde hace más de treinta siglos.
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yo quiero saber...