"Usted me ha dejado librada al infierno del azar. Me abrió la jaula en un campito de ahí nomás, como se abandona a la mascota indeseada, pero además con todos los regalos que me había dado. Cabe aclarar que los regalos eran las desgracias aggiornadas artesanalmente, que me revolvían todo el pelo a la mañana y me escupían de ideas por la noche.
Sospecho que jamás podré comprenderlo, usted, el hombre sin nombre (alguna vez apodado Doppelgänger), de pies raros y de ideas indómitas. Insólitamente usted me escapó. Insólitamente, usted, me, escapó...
Pero sabrán todos que alguna vez escribíSospecho que jamás podré comprenderlo, usted, el hombre sin nombre (alguna vez apodado Doppelgänger), de pies raros y de ideas indómitas. Insólitamente usted me escapó. Insólitamente, usted, me, escapó...
que quien me buscara, sabría cómo encontrarme."
La notita al pie de la cama, como la carta a los Reyes Magos pero con remitente a nadie. Fiorentina se descalzó y con sus dieciséis años exhaló por última vez el amor en su cuerpo antes de dormirse.
La notita al pie de la cama, como la carta a los Reyes Magos pero con remitente a nadie. Fiorentina se descalzó y con sus dieciséis años exhaló por última vez el amor en su cuerpo antes de dormirse.
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