martes, 7 de septiembre de 2010

deux

  • 2 años de saberte.
  • 24 meses de conocerte.
  • 730 días de descubrirte.
  • 17520 horas de quererte.

La dificultad consecuente de encontrarnos la primera vez, me llama al escepticismo de no creer en las coincidencias; si fue suerte de una foto o de un boleto; si fue culpa de los miedos que nos llevaron al punto final del primer párrafo. Durante ese tiempo que no dejé de buscar, el big bang de mis manías de no quererte renunciar de poesías y de canciones. Empecé a desandarme, seguí desarmando partes de mí para regalártelas, me jugué entera a tu felicidad y resigné al sol cuando alguna vez decidiste cruzar la puerta y nunca logré invocar al rencor que me promocionaban. Mal le haya pesado a tu ausencia, nada evitó que te tropezase en todas esas cosas que dejaste, que adopté y empezaron a ser mías. Seguí descifrándote desde lejos, interpretando tus silencios y las palabras que fueron, recuerdos indelebles que siempre son; mientras que entre mentiras que quise creer, inventé otros caminos para los dos; dejé el partido al destino de los dogmas que plantabas cuando todo desbordaba, y siempre creí en algún después, el momento que sería verdad.
Hoy es posible saber que no fue un error no entender del todo al tiempo, no fue coincidencia tampoco el reencuentro: a regañadientes de mi conciencia, detrás de cada sentimiento nuevo de cada historia nueva que tomaba forma, era un paso más en donde no encontré a nadie más, a excepción tuya. Los principios no eludían su final, el corazón en sed de la panacea que hoy pudimos encontrar otra vez.
Que sean dos no es poco, ser dos tampoco: después de lo perdido y de lo que ganamos... sólamente vos y yo sabemos quiénes realmente somos. Y es el día de hoy que todavía tengo esa sensación antes de verte, que te descubro, que seguís oxigenando mi vida, a quien quiero hacer y quien me hace feliz, quien me acompaña, y que seguís siendo al único a quien elegí y a quien elijo.
Si alguna vez conocí a alguien quien era todo lo que esperaba, si alguien podía cambiarme, hacerme creer y crecer; si alguna vez alguien marcó un antes y un después... sos vos.
Porque por todo lo que sos me encantás hoy y siempre.

2 comentarios:

yo quiero saber...