lunes, 29 de junio de 2009

M&M

De los sanos excesos... intoxicación de vos :)
(but just can't get enough)

miércoles, 24 de junio de 2009

black star

-"No sé bien qué somos... pero yo creo que a pesar de nuestras utopías, mi amor es para siempre"- le dijo con los ojos nublados mientras nerviosamente retorcían sus manos el poquito de alma que se acababa de escapar por sus labios.
Era una caída libre a la realidad, que inevitable, la sumergiría en su propio vaso de previstas lágrimas saladas. Fueron sus últimos pasos compartidos, y dejaba a su estela la sombra de maravillas vividas y promesas sin cumplir que encandilaban a curiosos que presenciaban la escena.
Desvariando, volvió a su casa con la peor pesadumbre en el esternón que quizás sienta en toda su vida. Aunque con tiempo y ganas se ingenió su léxico para poder cantar su alegría de estar triste y de estar viva, en quebradizas odas y apologías que se burlaban de que incluso en su profundo malestar pudiera admirar su hiriente estoicismo y su alienación característica.

domingo, 21 de junio de 2009

offline

no quiero más palabras en el monitor.



pd: sin embargo...
te extraño tanto.



qué frase más cursi, más mediocre y más perfecta para este instante.

viernes, 19 de junio de 2009

sinfín

Puede que sea una estupidez, pero me duele. Y no evito pensarlo, pero un millón de flechas te señalan de nuevo, y lo que avanzo en una semana lo retrocedo en tus dos palabras. Y no está bueno... qué se yo, quizás sea yo. O no. O los dos. Pero ya no puedo seguir así, aunque tampoco sé qué puedo hacer.



I miss you, I miss you, I miss you,
I miss you, I miss you, I miss you so much…
But how many times can I walk away and wish "if only... "?
How many times can I talk this way and wish "if only... "?
Keep on making the same mistake,
keep on aching the same heartbreak.
I wish "if only...",
but "if only... " is a wish too late


Sí que estoy triste. Sí que quiero un abrazo en este momento :(

domingo, 14 de junio de 2009

paradigma

Algo como la perfección y la estabilidad quebradas, la unión del cielo y la tierra en el horizonte contaminado con ciudad en la fragilidad de los años, la melancolía del gris y abandonado cemento, el nudo en el estómago junto la arenosa voz de la a.m. y la desgracia del desdichado.
A lo lejos se oían las voces de expectantes miradas que ansiaban tu show y el pasto entre los dedos se derretió como el sol desapareció en el avergonzado firmamento. Buscaba, desesperanzada, un recuerdo donde pudiera contenerlo y me preguntaba la respuesta que más temía.
Las palabras se escurrían al ritmo de Dylan mientras me fusionaba con el paisaje. Las quejosas láminas amarillas teñían el suelo mientras la duda trepaba y deslizábase, imperceptible, hasta mi cuello. Esperaba el momento justo para hundir sus dientes aunque infaliblemente el otoño estaba predestinado a camas frías y soledad, logré cerrar los ojos con fuerza.
Era un ir sin venir, como la tinta de la lapicera, la botella del vino, el cielo de mi infierno, el sonido de la música, la goma de borrar(se), la luz del sol, y de pronto, el axis del ser.
Todavía queda mucho que recorrer, el viento le porfiaba a la imagen de tu indeleble reflejo. Todavía me esmeraba en juntar las partes para rearmar tu obstinado rompecabezas. Pero yo no quería remendar tu pasado, me hubiera encantado reinventar tu presente.

martes, 9 de junio de 2009

El cuento de la buena pipa

Por alguna razón me llamo al empirismo; a conseguir mi verdad a prueba y error sea cual fuere el precio de tal... y vivir.
El principio de no contradicción ya anunciaba nuestro ineludible desencuentro desde el comienzo de tu razonamiento falaz, acorde a que no estábamos realmente solos.
Ahora ni siquiera puedo asegurar si estabas. Fue triste ver tus clichés transformarse en sofismas mientras caminabas en carrera paralela a mi insignificancia, dejándome evidentemente atrás.
Fue triste y la mejor representante de una analogía encarnada en tiempo y espacio, estabas a unos cuantos metros míos mientras tus pies te llevaban a acrecentar la distancia. Pronto pude ver cómo te escurrías de mis abrazos, pude verte en el enredo dramático en el que te encerrabas, pude verte desaparecer de mis renglones, escaparte de mis hojas, borrarte de mis días. Era, ni más ni menos, el momento que menos había creído y el que más miedo me daba, cuando te ibas con las manos en los bolsillos y fingiendo desinterés por qué pasaba allá.
Se me acaba la sangre y seguís ahí, con ojos cínicos revolviendo las cenizas y preguntándome hasta dónde podríamos estirar tu verdad. Aunque, sin embargo, es toda una sorpresa descubrirte buscando algo de mí.
Creo que intento descreer, pero no estoy siendo justa con todos. Para tu desventaja, ya no dudo en absoluto, ya no presiono ni fusiono mi vida: ahora estoy totalmente segura de qué es lo que quiero y hasta dónde puedo, veremos. Pero si por alguna razón vos también te preguntás por qué y te encontrás que hoy vivimos una respuesta errónea, te espero. No tengo una meta, lo que simplificaría bastante este momento. No te idealizo y me inquieta que incluso con los ojos abiertos te admire igual e incluso de una manera más tierna en ausencia de cualquier tipo de pretención.
No busco ofenderte ni atormentarme, busco nuestra verdad en este dialelo.


Sólo son hojas de otoño, mi amor,
ya habrá tiempo de redención
para nuestra primavera.

Sunday girl

Necesitaba salir, a pesar da las contraindicaciones médicas, a respirar ese aire helado y melancólico de la noche de domingo. Fueron quizás los 15 minutos más interesantes de la semana entre pastillas, jarabes y el malestar general de siempre, aunque bastante crítico.
Era una charla con todos y una charla conmigo misma, mezcla de banalidades y psicoterapia. Eran puras conclusiones a largo plazo de mis casi escasos 16 años físicos.
Volver remachada me dio dolor de cabeza, y unas cuantas ideas dispuestas a escaparse de mi mano al papel. Pero mis planes se vieron frustrados por el mismo conjunto de letras de siempre, por esas palabras que son brasas en el corazón.

eye

I lie, I wait, I stop, I hesitate.
I am, I breathe, I meant, I think of me...
Is it any wonder I can't sleep? All I have is all you gave to me...
is it any wonder I found peace through you?
Turn to the gates of heaven, to myself be damned.
Turn away from light... it's not enough, just a touch...
it's not enough.
I taste, I love, I come, I bleed enough.
I hate, I'm not, I was, I want too much.

domingo, 7 de junio de 2009

I sometimes wish I was dead

Mentirme, mentirte, mentirme y encerrarme en un bizarro triángulo amoroso.
Soy ajena a mí, ya sea por mi baja de defensas o mi baja de autoestima... o las dos.
Te veo y me veo, igual. Por eso no te veo, por eso no me encuentro.
Me robás todo lo que soy y tan inconcientemente que me enferma porque ya no volvés más.
Ya no me creo, ya no te descubro en mis palabras, mis dibujos, mis fotos, mis sueños.
No busco más de lo que no encontré, porque no había nadie más que yo.
Me reflejo en analogías pasadas,
me escondo en sonrisas guardadas.
Estoy subordinada a tu destino
y todavía en proceso de atarme al nunca más,
improvisé al antónimo del antes cuando te vi.
Soy un error molesto que procura colgarse en tus días de sol.
Soy sombra de tu melancolía de mala calidad, soy lo que no pude ser.
Por eso no te veo, por eso no me encuentro...
ya no quiero, ya no siento, ya no puedo sentir.
El dolor constante se volvió costumbre y ya no intento.
No te extraño porque no sé qué es ese no.

jueves, 4 de junio de 2009

ayudame freud!

-" Tenés voz chiquita"
Qué mal... qué mal... tu nombre de nuevo en el diván... y todas esas cosas que se encaprichan en quedarse para lastimar.

No pudo la psicología reanimarme el corazón.

miércoles, 3 de junio de 2009

Ya que para despedirme

Ya que para despedirme,
dulce idolatrado dueño,
ni me da licencia el llanto
ni me da lugar el tiempo,

háblente los tristes rasgos,
entre lastimosos ecos,
de mi triste pluma, nunca
con más justa causa negros.

Y aun ésta te hablará torpe
con las lágrimas que vierto,
porque va borrando el agua
lo que va dictando el fuego.

Hablar me impiden mis ojos;
y es que se anticipan ellos,
viendo lo que he de decirte,
a decírtelo primero.

Oye la elocuencia muda
que hay en mi dolor, sirviendo
los suspiros, de palabras,
las lágrimas, de conceptos.

Mira la fiera borrasca
que pasa en el mar del pecho,
donde zozobran, turbados,
mis confusos pensamientos.

Mira cómo ya el vivir
me sirve de afán grosero;
que se avergüenza la vida
de durarme tanto tiempo.

Mira la muerte, que esquiva
huye porque la deseo;
que aun la muerte, si es buscada,
se quiere subir de precio.

Mira cómo el cuerpo amante,
rendido a tanto tormento,
siendo en lo demás cadáver,
sólo en el sentir es cuerpo.

Mira cómo el alma misma
aun teme, en su ser exento,
que quiera el dolor violar
la inmunidad de lo eterno.

En lágrimas y suspiros
alma y corazón a un tiempo,
aquél se convierte en agua,
y ésta se resuelve en viento.

Ya no me sirve de vida
esta vida que poseo,
sino de condición sola
necesaria al sentimiento.

Mas, ¿por qué gasto razones
en contar mi pena y dejo
de decir lo que es preciso,
por decir lo que estás viendo?

En fin, te vas, ¡ay de mi!
Dudosamente lo pienso:
pues si es verdad, no estoy viva,
y si viva, no lo creo.

¿Posible es que ha de haber día
tan infausto, funesto,
en que sin ver yo las tuyas
esparza sus luces Febo?

¿Posible es que ha de llegar
el rigor a tan severo,
que no ha de darle tu vista
a mis pesares aliento?

¡Ay, mi bien, ay prenda mía,
dulce fin de mis deseos!
¿Por qué me llevas el alma,
dejándome el sentimiento?

Mira que es contradicción
que no cabe en un sujeto,
tanta muerte en una vida,
tanto dolor en un muerto.

Mas ya que es preciso, ¡ay triste!,
en mi infeliz suceso,
ni vivir con la esperanza,
ni morir con el tormento,

dame algún consuelo tú
en el dolor que padezco;
y quien en el suyo muere,
viva siquiera en tu pecho.

No te olvides que te adoro,
y sírvante de recuerdo
las finezas que me debes,
si no las prendas que tengo.

Acuérdate que mi amor,
haciendo gala de riesgo,
sólo por atropellarlo
se alegraba de tenerlo.

Y si mi amor no es bastante,
el tuyo mismo te acuerdo,
que no es poco empeño haber
empezado ya en empeño.

Acuérdate, señor mío,
de tus nobles juramentos;
y lo que juró la boca
no lo desmientan tus hechos.

Y perdona si en temer
mi agravio, mi bien, te ofendo,
que no es dolor, el dolor
que se contiene atento.

Y adiós; que con el ahogo
que me embarga los alientos,
ni sé ya lo que te digo
ni lo que te escribo leo.

Juana Inés de la Cruz