lunes, 2 de mayo de 2011

1.

Sólo una cáscara. Si existiera, sólo la cáscara de un alcaucil. Esa es tu única esencia, si puede llamarse así. ¿Por qué habrás de elegir ser una cáscara? Porque no es algo dado naturalmente ser piel seca, dura e insensible, como manos dormidas en el frío del invierno.
Muchas veces dudé de si sentías, si sentías un abrazo o una mirada o un dibujo de carbonilla. Pero hoy creo que sé la respuesta: una cáscara. Estar programado, cumplir el rol asignado, ir al pie de la letra a ojos ciegos, ser piel muerta a cuestas de ser yo la culpable. Debe ser fácil, imagino, librarse por ahí de causas y ser sólo consecuencia del acto ajeno. Debe ser un juego fácil para una cáscara.
Entonces tiene sentido la pasividad y la indiferencia. Habré de incorporarlas a mi fatídica existencia de arrepentimientos, para no verte tanto, para no verte siempre. De todos modos, la corteza del árbol seco no llora, no cree, no registra presencias o ausencias, y sólo culpa inconscientemente. No le interesa terminar su existencia para los demás, no le tiene miedo a la muerte.
De todos modos, nunca voy a recibir más que una cáscara de tu parte.

1 comentario:

yo quiero saber...