lunes, 9 de enero de 2012

natalia, natalia

"Cómo olvidarme de todos tus esfuerzos, chiquita mía. Todas las astucias que se te ocurrían para que no te escuchara roncar; los malabares que hacía para no aplastarte cuando dormíamos juntos, tan achurrascados en mi cama azul; la obsesión de las sorpresas de brownies, tortillas de papa y flores de soles de la mañana siguiente.
Pareciera que era ayer que estábamos los dos agazapados, mi brazo sobre tu espalda protegiéndote del frío imaginario, comiéndote la cintura mientras probabas con tu lengua diminuta el lóbulo de mi oreja. ¡Qué hermosos recuerdos que me diste! Podría vivir en ese pasado repasado por siempre, cada día que me sobre de esta vida inútil, Natalia.
Yo sé, boquita de botón rojo, que no debo corresponderme a tu invocación constante. Sabés que tus modos me resultaron en cierto grado imperdonables: hasta nuevo aviso esos insultos con los que me injuriaste serán los que te representen, nublándote toda esa imagen de hermosa que te había construido antes de guardarte en este mausoleo invisible. Por suerte aún sé devorar tu fantasma."

1 comentario:

yo quiero saber...