viernes, 4 de febrero de 2011

potencia-acto

"-¿Y las estructuras? ¿Qué pasa cuando algo viene sin avisarnos y las rompe? Claro que quizás inconscientemente, inocentemente, involuntariamente. Pero lo que se rompe, se rompe y por A o por B se tiene que ir arreglando. ¿No? ¿No todas las cosas tienen arreglo en esta vida?"- pensó mientras se peinaba el pelo en el espejo cuando desesperadamente corrió a la cocina a apagar el horno con la cena en su interior. Su pensamiento no era equívoco al fin y al cabo; alguna vez le habían advertido de lo Inesperado pero su estoicismo la mantuvo muchos siglos sin cuidado. Nadie le hubiera advertido esa noche en la que todo había sucedido: todo se desencadenaba tan naturalmente y con rapidez que pronto su mente estaría empapada de estos pensamientos.
"-Quizás sea nuestra la culpa. ¿Hay culpas? Lo Inesperado no se planea, entonces no deberían haber culpas. Yo no hice nada. Nosotros no fuimos los culpables de que pasara. Todo fue tan rápido... quizás deberíamos haber reflexionado. Pero peor es el azar que anda siempre desordenando todo lo que se ordena."- la carne rígida y oscura se machacaba entre sus muelas con dificultad, como su mente se trituraba responsabilidades. Pinchó una papa negra que se pulverizó en su lengua. Un gesto leve de desagrado se manifestó en su rostro por el bocado amargo.
"-¡Amargo! Amarga mi vida como esta papa petrificada. Y todo porque me la olvidé en el horno... deberá ser mi culpa, acaso. ¡Jodido el destino! Me quiere joder a mí, con que al final, todo fue mi culpa. Si la suerte siempre nos juega en contra, y más cuando la buscamos."- Juntó su plato con el gesto todavía en su rostro y lo dejó para lavar. Se había cambiado y arreglado pero nadie la había llamado esa noche, por lo que decidió que un segundo baño de inmersión un sábado no estaría mal.
"-Lo vi venir. Estoy segura de que lo veía venir. Es más, ¡hasta quizás me lo busqué!- sumergida en la espuma fruncía el ceño con ojos extraviados- lo importante ahora es solucionar, por A o por B, las cosas se tienen que arreglar. Siento como si tuviera la cabeza contra el problema, y una leve presión me va introduciendo. Se me tapan los oídos, no puedo ver, apenas respiro. Respiro el problema. Muevo una mano para escaparme vanamente..."- Los brazos flojos descansaban, uno debajo de su mentón y el otro extendido sobre el borde de la bañera. La frente contra la pared.

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yo quiero saber...