sábado, 20 de agosto de 2011

Cadáver Exquisito II

Fumaba un porro cuando me articuló los dientes en la enredadera. El barro de su lengua ensució todas mis piernas; me hartó de ramas en el techo. "¡Ya no te quiero!"- recordé harto de sus crucigramas. El mareo del Smirnoff traía el recuerdo del fetiche de su compañía. "Incluso -llegó a pensar- sería más feliz con una porno de Descartes."
Las cañerías del tímpano en su ovario, el alma se cayó en el barro. Homosexual de invierno, el sexo en la ventana del cuaderno. "Se requiere de mucha paciencia para recibir una carta", se lamentó pensando en el perverso labor del correo y a su vez se excitó recordando los dientes de su dentista.
"¡Qué erótico el cristiano tocándome las tetas! Descartes sobre mis muslos: el arma del perverso sólo es la lengua. ¡Ay! Todos mis suspiros como un mantra en la boca del estómago." Se sentó en una cama desvencijada por el sexo vespertino y se decepcionó cuando llegó a la conclusión de que toda la mierda del mundo se colmaba en la copa que recordaba aquella erección.
El existencialismo porno de un invierno. Harto de fetiches le bañó de semen todo el alma; pelos en la boca: triturar la lengua. Estaba en un estado de tal excitación que hasta olvidó el nombre de su madre. Sólo podía pensar en penetrar su enredadera y libar todo néctar de cada una de sus flores. "Fito Paez vomitando. La menstruación es obstáculo del débil; la redención es la pija del inútil. Sartre como óvulo en la ventana, crucigrama de un enfermo. ¡Fiebre!"
Se metamorfoseó cuando pensó en sus tetas: siempre habían atormentado cualquier intento de relación. El bar cerraba y el techo se estremecía de luces coloradas. El dasein empezaba a quebrarse. Dasein amorfo, rito de zombie. "En mi pared, está tu vidrio; de esta persiana, mis delirios... ¡NO ACABES EN ESTA COPA!"
Se sujetó el estómago con las dos manos. El recuerdo fue la única arma mortal y de nada sirvieron los fetiches ni el cristianismo. ¡Ay, ese fantasma! Contempló por última vez su reflejo en el vidrio y trituró su cuerpo con el picahielo.


"El suicida", María Florencia Rúa & María Eugenia Trapani

2 comentarios:

yo quiero saber...