martes, 16 de agosto de 2011

por qué mi muerte

Sabe que la lucha es cruel y es mucha,
pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina.
Uno va arrastrándose entre espinas,
y en su afán de dar su amor sufre y se destroza,
hasta entender que uno se ha quedado sin corazón.




Los fantasmas me raptaron el cuerpo. ¿Quién podrá quererme, llena de cicatrices? El romance, en todas sus formas y todos sus tiempos, fue ajando el alma, robando cualquier rastro de razón y lógica. ¿Quién va a creerme, con ojos que no miran? Fue casi imperceptible ese reloj desbordando sus tic tac en el amor, tejió el luto más silencioso. ¿Quién podrá amarme a mí y a mis infiernos? ¿Quién podrá sentirme a pesar de mi superficie de yeso? ¿Quién va a entender la miseria de ser frío y de ser niebla? Si una ausencia y la sombra están donde era mi corazón, si las sonrisas son máscaras que esconden el monstruo que soy yo.
¿Por qué mi muerte? ¿Por qué mi soledad? ¿Por qué romper mi cristal interior? ¡Injusto Eros! Renació, su amor renació sin mí, en mi ausencia y su sombra. Me preguntaron por qué no sonreía y respondí que la felicidad me acalambraba la cara, que por eso prefería manterme seria, que por eso rebanaba olvido y no lo tragaba. Cuando los veranos, la luz impúdica y el sol aborrecible pero necesario decidieron hacerse transparentes y cuando el invierno se quedó sin tiempo, fue cuando terminé de consumirme. Ni ese dejo de piel y huesos eran servibles a la existencia, apáticos, todos marcados de pretéritos y hasta antinaturales. Era tiempo ya, la decisión más difícil: ¿por qué mi muerte?


2 comentarios:

  1. "¿Quién podrá amarme a mí y a mis infiernos? "

    Qué pregunta genial...

    No te voy a admirar, ya sé que no te gusta...
    me limito a decir que disfruté leyéndote...

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yo quiero saber...