sábado, 14 de noviembre de 2009

el porque de los no-besos

En ese instante en el que con orgullo (del tipo más soberbio y despreciable) transpirándote por cada poro de toda la superficie de tu cuerpo me envolviste en una bocanada del humo de tu cigarrillo, a pesar de ser conciente del malestar que me genera, fue lo único que necesitaba para entender que vos no eras para mí.

2 comentarios:

yo quiero saber...